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Entrevistador: Pla Ventura
05/05/2018
CARLETH MORALES, cuando la libertad se lleva en el alma

L

a narradora venezolana a la que el mundo conoce como Carleth Morales ha querido dejarnos un testimonio de vida para que comprendamos la propia muerte. Y digo bien porque como ella explica en su libro, 26 CRÍMENES Y UNA CRÓNICA, en Venezuela una vida no vale nada, la prueba no es otra que en muy pocos años, cientos, miles de personas han entregado su alma a Dios por aquello de reivindicar lo que debería ser un bien común para los humanos, la libertad.

Fascinante el libro de la señora Carleth que, como nos explica en el diálogo que hemos mantenido con ella, tras escuchar sus palabras todos nos sentimos hermanos de todos los venezolanos que sufren la tiranía de un régimen cobarde. Hasta ese extremo puede llegar el mundo de la política en versión de Nicolás Maduro o, en su defecto, como ocurriera años atrás con aquel impresentable golpista llamado Hugo Chávez que, a golpes de demagogia supo engañar a su país para que, al paso de los años, Venezuela haya llegado al lugar mísero y absurdo donde llegó; un crimen –nunca mejor dicho-lo que allí sucede, la prueba no es otra que, varios millones de venezolanos han huido en una diáspora interminable.

España, para fortuna de los venezolanos, es la tierra que les ha acogido con cariño, con respeto, con admiración; no es menos cierto que, para fortuna nuestra, desde Venezuela han llegado auténticos seres humanos, hombres y mujeres de una dimensión extraordinaria, tanto a nivel cultural como en calidad de personas de incuestionable talento. Nuestra interlocutora de hoy, Carleth Morales, es el ejemplo de lo que digo.


El desgarrador libro de Carleth Morales

Uno recuerda, por cuestión de edad, la Venezuela que todo el mundo quería visitar, incluso, muchos lo hicieron para quedarse. Apenas queda nada de aquel país próspero, fecundo, admirable, rico, noble como pocos. Venezuela, allá por los años setenta olía a petróleo, pero de igual modo a bienestar y paz, razón por la que muchos españoles decidieron irse para dicho país que, en su momento, tanta gloria consiguieron. Pero tuvo que ser el mundo de la política el que destrozara tan singular nación; la política o los hombres y mujeres que la ejercen puesto que, ellos, sin distinción, han logrado el caos más insospechado en dicho lugar. ¿Dónde quedó la riqueza que distinguía a Venezuela del resto de los países del mundo? Una pena, un dislate tremendo, pero de una realidad que aplasta.

Como confesión abierta al respecto de este libro mentado diré que, mis retinas se empañaron de lágrimas mientras que mi corazón se desgarraba lentamente a medida que pasaba las páginas, no podía ser de otro modo porque como Carleth diría, es la historia, el testimonio de veintiséis familias destrozadas por el dolor por aquello de haber visto como les asesinaban a sus seres queridos. Dios quiera que, este libro sirva como bálsamo para el corazón de los damnificados, en este caso los padres de los asesinados y, sin duda, como motivación para todos los soñadores de libertad que, en definitiva no son otros que todo el pueblo venezolano.

-Carleth Morales, ¿cómo y por qué llegó usted a España?

-Llegué hace 18 años por la misma razón por la que llegan hoy los venezolanos a España (y a todas partes del mundo): escapando de un sistema recién instalado que violaba mis derechos, como ciudadana y como profesional. Como ciudadana vi mermada mi capacidad de ahorro, acceso a la justicia, seguridad personal. Como periodista fui amenazada por haber ejercido un cargo público en un gobierno local no afecto al chavismo y por publicar algunos artículos en los que disentía del nuevo gobierno nacional. En poco tiempo entendí que no encajaría en ese sistema, del que presentí que, a pesar de lo terrible, era apenas el comienzo. Y decidí salir a reforzar mis estudios en la Universidad Complutense de Madrid y otras universidades, con la esperanza de regresar y ayudar con esos conocimientos y experiencia a la restitución del Estado de derecho. Pero se ha dado la circunstancia de que, en este tiempo, regresar se ha convertido en un imposible, porque el país siempre ha ido a peor y porque me ha tocado ayudar, sí, pero a los que han llegado después que yo. 

-Tal y como usted se expresa, a no dudar, vivir en su país, Venezuela, era una odisea total. ¿Qué pensaría el libertador Simón Bolívar si viera ahora el país que él conquistó? 


Carleth Morales con María Celis

-Si antes la odisea era viajar a Margarita, ahora la odisea es ir al supermercado y conseguir leche. Entre un extremo y otro han pasado 20 años de constantes y crecientes violaciones a los derechos humanos en mi país, donde ni siquiera el principal derecho, el de la vida, es respetado. Muchas fueron las enseñanzas que nos dejó Bolívar, yo creo que si simplemente nos remitimos a ellas, e incluso rescatamos su verdadera historia y no la que nos han querido vender en estas dos décadas, le haríamos justicia a nuestro Libertador y, sin duda, descansaría en paz.  

-Tengo que decirle que, nosotros, los españoles, somos muy afortunados por el hecho de que ustedes, cientos de miles de venezolanos recalaran en nuestro país porque, gracias a ustedes estamos inundados de cultura por todas partes. Si todos los talentos de Venezuela se han venido todos a España, ¿qué será de Venezuela sin los talentos y con la sola presencia de gentes humildes castigadas por el látigo de Maduro? 

-Ciertamente, es incalculable el talento que ha emigrado de Venezuela en estas dos décadas, un proceso migratorio inédito, que jamás imaginamos, pero le puedo garantizar que muchos estamos trabajando y nos estamos preparando para reconstruir al país apenas sea posible, no toda la diáspora se quedará afuera cuando recuperemos nuestras libertades, estoy segura de gran parte regresará y si no, nuestros hijos tendrán a Venezuela como opción de vida. Hasta entonces, quienes escogimos a España para vivir este exilio, le agradecemos infinitamente las oportunidades que nos está dando, porque sin su apoyo, el camino sería aun más doloroso.  

-Al respecto de la situación en la que vive Venezuela, usted ha escrito el libro 26 CRÍMENES Y UNA CRÓNICA. ¿Cómo definiría usted su obra que, para mi humilde persona, tras leerlo, me ha cautivado porque he sabido de la auténtica realidad de su país? 


Edith Salazar, compositora y cantante venezolana

-Es una investigación periodística escrita desde la más absoluta responsabilidad como venezolana, como periodista y como madre. Quienes podemos dejar testimonio de lo que nos está pasando, debemos y tenemos que hacerlo porque es la única manera de guardar la memoria y aprender de los errores, para no repetirlos. Hay que hacer el esfuerzo, además, de dejarlo impreso, para que las futuras generaciones tengan un espacio real de consulta. Así como los escultores hacen esculturas tangibles, y los pintores cuadros que podemos palpar, quienes nos dedicamos a las letras tenemos que imprimirlas, para que el mundo entero pueda leerlas a lo largo del tiempo. En mi caso, era una necesidad recoger la crónica de los acontecimientos ocurridos en mi país desde el 1 de abril hasta el 31 de julio de 2017 y, además, dejar testimonio de quiénes perdieron la vida en esas protestas. Había que salvarnos a nosotros de la indolencia y a ellos del olvido. Se lo debemos, nos lo debemos. 

-Es usted periodista, amén de otras virtudes pero, ¿cómo desde el periodismo se hace esa literatura tan apasionada? 


La bandera que llevan en el corazón los venezolanos

-No concibo el periodismo sin el elemento humano, quizá porque me he dedicado al periodismo local, al cercano, como le digo yo, eso me ha hecho más sensible a las necesidades de la gente de a pie. Durante la investigación, no sólo me dediqué a recopilar hechos, sino a entrevistar a las víctimas y sería de piedra si escuchas a una madre o a un padre llorar la muerte de su hijo y no se te parte el alma. Lloras con ellos y no solamente lloras, acabas sirviendo de hombro, porque a veces han necesitado eso, un hombro en el que llorar. Ese respeto absoluto por su dolor hay que dejarlo plasmado a la hora de escribir, la rigurosidad con la que narras debe no sólo respetar las pautas del periodismo, sino el principio de humanidad.   

-Según he podido saber, ustedes, los venezolanos recalados en España, de forma concreta en Madrid, forman lo que se llama una gran familia apoyándose unos a otros, caso de Linda Dambrosio que, a diario, nos revela las virtudes de tantos venezolanos geniales que hay en Madrid. ¿Dónde radica el secreto entre ustedes para amar y ser amados unos con otros? Digamos que, un venezolano en Madrid jamás estará solo.

-Afortunadamente hemos aprendido a ser inmigrantes, compartimos un dolor, todos pasamos de una u otra manera por las mismas dificultades, así, vamos haciendo país también afuera, con el aprendizaje de quienes hemos llegado antes de que es vital la integración y el agradecimiento para con la tierra de acogida, por eso ayudamos a los recién llegados en su inserción social, y ellos a su vez a los que les siguen. Es una cuestión de supervivencia.   

-Ustedes, los venezolanos, como le decía, nos honran con su presencia y esencia junto a nosotros, algo muy hermoso porque, para nuestra desdicha, han venido gentes de otros países con la sola idea de delinquir, ahí tenemos a esos grupos rumanos especializados en el delito. Dicho esto, ustedes nos son una carga para nosotros, más bien un estímulo, una forma de vida para que aprendamos los españoles ¿verdad? 


Linda Dambrosio, la narradora venezolana en España

-Le agradezco sus palabras Luis, como le comenté antes, es una necesidad integrarnos entre nosotros y con la sociedad que nos acoge, aprender su cultura y enseñar la nuestra, si es posible. Yo de otras nacionalidades no me atrevo a hablar, pero aun así, estoy segura de que en todos los colectivos hay voluntad de integración y superación, y de que algunos casos aislados pueden influir de manera negativa en el resto de su comunidad, y en parte los medios de comunicación también tenemos nuestra cuota de responsabilidad.  

-Entre ustedes he conocido a músicos, actores, escritores, médicos; talentos al más alto nivel. En el grupo de los artistas, por ejemplo, Edith Salazar podría ser un ejemplo de lo que le digo. Como extranjeros, con su talento a cuestas, ¿se sienten ustedes bien tratados en España sin que nadie les reproche ser venezolanos? 

-Edith, amiga y embajadora de nuestra cultura, es un claro ejemplo de integración social y profesional, y como ellos podría nombrar a cientos. Yo les llamo nuestros "verdaderos embajadores" a falta de uno oficial que nos represente. Gracias a su buen hacer, y al que cada día cada venezolano hace en su pequeño entorno, la sociedad española nos ha abierto las puertas en todos los sentidos, por ello, llegue desde aquí mi agradecimiento a los españoles, que nos han sabido escuchar y, en definitiva, querer. 

-¿Qué haría usted por Leopoldo López si estuviera en la piel de Lilian Tíntori?

-Es difícil prever las reacciones que tendríamos ante uno u otro estímulo, porque son muchos los factores que juegan a la hora de actuar de una determinada manera delante de una situación límite, pero yo, sin duda, como ella, por mi familia haría todo y más.

-La llamada libertad, en Venezuela la cambiaron por represión, desdicha, hambre, miseria, muertes, terror. ¿Qué futuro le espera a Venezuela, no a largo plazo, más bien, en el aquí y ahora?


Carleth Morales junto a su obra

-En Venezuela es difícil pensar en el futuro cuando el presente es tan desgarrador. Sobrevivir, salir vivos de esto, ese es el "futuro", seguir adelante cada día, no morir en el proceso. Cuando lleguemos a la meta, cuando restituyamos el Estado de derecho, podremos pensar en el futuro.    

-El pasado año, una televisión de España entrevistó a Nicolás Maduro que, frente a las cámaras negó la evidencia de Venezuela, hasta el punto de que cuando Jordi Évole le recriminó diciéndole que no había medicinas, Maduro respondió que no las había porque eran tan buenas que las compraban los gringos dejando a Venezuela sin dichos medicamentos. Y se quedó tan ancho. ¿Qué armas utiliza el tal Maduro para conquistar a muchos venezolanos que son partidarios suyos? 

-Su arma es el discurso y, aunque parezca mentira, la estrategia muy bien definida a largo plazo. Lo pude palpar en mi investigación. Desde el primer día ellos sabían para dónde iban y, hasta el último día, se mantuvieron firmes para lograr el objetivo, es una maniobra militar. En este sentido es mucho lo que tenemos que aprender.  

-Claro que, una cosa es la literatura barata de un político y, otra muy distinta la cruel realidad que allí se vive. Venezuela que está sumida en la más vil de las miserias, la pregunta es obligada, ¿de qué viven sus compatriotas que allí se quedaron?

-Del ingenio, la creatividad, el buen humor, el espíritu de lucha, la paciencia y las remesas de quienes estamos afuera. Eso los que viven, porque estamos ya enfrentándonos a una situación límite en la que la desnutrición, la pobreza y la delincuencia se están llevando todo lo que dije al comienzo.  

-¿Cree usted que su libro, pura denuncia contra el régimen chavista servirá para algo? Cuando menos yo espero que despierte muchas conciencias dormidas. 

-El objetivo principal es ampararnos de la indolencia y a ellos del olvido, y el hecho de estar hablando con usted significa que, al menos esos dos, los está logrando. Estas líneas quedarán, y llegarán hasta sus lectores y más gente recordará que hubo unas protestas en 2017 en Venezuela y que en ellas se dejaron la vida 158 venezolanos, 26 de ellos recogidos en este libro. Si con ello logramos, además, que los organismos internacionales que velan por los DDHH lo incorporen a los expedientes para documentar las violaciones en Venezuela, bienvenido sea, y en ello estamos.     

-A título personal, Carleth, ¿cómo se siente usted en España?

-Tengo mi corazón en Venezuela y mis pies en España, consciente de que tengo una deuda a partes iguales con ambos países, con el primero porque nací y con el segundo porque vivo. Todo lo que esté en mis manos para contribuir al desarrollo de ambos, tenga la seguridad de que lo haré con la misma dedicación y responsabilidad.  

-Pese a todo lo que sabemos de Venezuela, Carleth, muchos españoles nos quejamos de nuestra situación actual. ¿Será que pretendemos que Dios nos castigue?

-España conserva muy bien su memoria, si aprendemos de ella, Dios sabrá recompensarnos.    

-Decía el maestro Facundo Cabral que el mundo está tan mal por las fechorías de los malos como por el silencio cómplice de los buenos Tras leer su libro, usted no es cómplice de nadie, algo que imagino que le llenará de orgullo. ¿Cierto?

-He escrito este libro desde la más absoluta libertad, en todos los sentidos, jamás hubo nada ni nadie que me condicionase, así espero que llegue a los lectores con el convencimiento de que detrás lo único que hubo fue un profundo amor por Venezuela y de eso sí estoy muy orgullosa.  

-Señora Carleth, añada cuanto le indique su corazón. Sea bienvenida junto a nosotros. Personas como usted son las que nos llenan de convicciones.

-Sólo puedo agradecer su tiempo y su dedicación, su amabilidad y sus palabras, porque a través de usted mi mensaje podrá llegar aún más lejos, y por ello, no puedo añadir más que: ¡Muchas gracias!  

 
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  Autor: Bel Dominguez 08/05/2018
  Dicen que, con los iguales celebramos juntos y con los “diferentes” podemos aprender. Y que solo hay dos caminos para ese aprendizaje: el amor y el dolor. Pero, ya no sé qué tanto de tiempo se necesita todavía para que la humanidad conozca lo que es vivir en la cultura de la paz, para seguir su ruta y poder desarrollarse en su plenitud.

Por supuesto que, para eso, las peleas deben ser solamente en el campo de las ideas y no más.

Mi solidaridad a las familias de los muertos, porque, en pleno siglo XXI, debemos desarrollar la conciencia de que no hay muerte que valga la pena en el contexto de las luchas por la libertad plena y las y los que mueren no son más héroes, sino víctimas.

Pues bien, el artículo es primoroso. Me imagino que el libro debe ser de aquellos que están entre los libros de cabecera de las y los venezolanos interesados en un país mejor para todos. Ojalá, para la mayoría… Es lo que deseo yo.

De la entrevista, es muy difícil para uno hacer comentarios de los datos presentados concretamente, pero también de las narrativas, de impresiones y de legítimos sentimientos, sin correr el riesgo de descalificar o, peor, parecer “madurista” o “chavista”, o entonces, “orteguista” (de Nicaragua) o quizás hasta “lulista” o “dilmista” (de Brasil). Mientras, con ese párrafo yo revelo tonos de mis inquietudes como educadora que soy, una aprendiz dialógica “freireana” (de Paulo Freire).

Los quehaceres de “la gigante que despierta”, la América Latina, da lecciones al mundo. Para el bien y para el mal. Solo me cabe alertar que ya deberíamos estar en un nivel de comprensión de que esa combinación binaria (bien y mal) ya no sirve – en realidad jamás sirvió – para interpretar y comprender las relaciones humanas, las que permiten las vías alternas, tales como ganar-ganar… perder-perder.

Las denuncias y los anuncios deben ser hechos, de todas las maneras posibles, por medio de todos los medios de comunicación, para que tengamos elementos que faciliten profundizar los caminos recurridos y buscar las soluciones colectivas más adecuadas. En mi opinión, el Papa Francisco hace eso muy bien, porque vivimos una única crisis socio ambiental planetaria.

O, entonces, la vida no tendrá otro sentido que no sea vivir de juegos y de repeticiones.

“Solo le pido a Dios, que nada ni nadie me sea indiferente en ese mundo”.

Saludos de una brasileña que vive en Nicaragua
 
  Autor: Marta Ecco 05/05/2018
  Luis bienamado:Muchos en América,te debemos ésta amorosa conección que eslabón a eslabón vas uniendo,para crear una maravillosa cadena de libertad solidaria.
Valga la contradicción que después de todo es mi convicción de siempre por el humano,que vive en constante y perturbadora contradicción.
Apenas acabo de pasar mi escasa visión por tu excelente artículo que voy a releer con mayor detenimiento e inclusive,ya deseo comunicarme con ésta magnífica amante de su tierra natal,a la que amo y también sufro en la distancia.
También acá tenemos muchos de sus compatriotas...en mi pequeño edificio ya residen al menos 4 o 5 de ellos,y hasta en mi banco me atiende una muy jovencita caraqueña.
Por hoy solo me resta decirte Gracias por seguir firme al frente de ésta que desde el primer día que llegué fué y sigue siendo una Amorosa Fraternidad.
El Cielo y todos sus ángeles sigan manteniendo ésta hermosa hermandad en pos de lo más valioso...La Libertad.
Sabes que siempre te amo en Luz y Armonía,desde la tierra que vió nacer a nuestro Facundo Cabral.
 
  Autor: Gabriela 05/05/2018
  Felicidades por las entrevistas tan
buenas