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Autor: Pla Ventura
13/06/2018
POR LA CALLE DE ALCALÁ

D

os sensibilidades han aflorado en mi alma tras leer el libro de Ángel González Jurado, POR LA CALLE DE ALCALÁ. Las mismas no son otras que amar a Madrid y, sin duda, la fiesta de los toros. Siendo así, el citado libro ha sido el caldo de cultivo que alimentado mi ser tras esta dichosa lectura.

Desde aquí aconsejo a ricos y pobres para que nadie deje de ser partícipe del gran festín literario que nos ha entregado el señor González Jurado. Es cierto que, para que la dicha sea mayor, en cada individuo debe de albergar dentro de su ser las sensibilidades ante mencionadas; Madrid y la fiesta de los toros.

POR LA CALLE DE ALCALÁ no es un libro cualquiera; se trata de una narración costumbrista en la que su autor, por su gracia divina, nos pasea por la citada calle de Alcalá, eso sí, habiendo pasado previamente por la Puerta del Sol de Madrid.


Ángel González Jurado, el feliz autor de POR LA CALLE DE ALCALÁ

Pocas veces me he emocionado tanto como en esta ocasión; es cierto que, como digo, se han aunado en mi persona las sensibilidades de las que antes hablaba, un factor que juega a mi favor pero que, ante todo, gracias a estas páginas llenas de historia, de ternura, de acontecimientos, de citas importantísimas, cada una de sus páginas ha calado muy adentro de mi ser. ¿Será que yo estaba ya predispuesto para su lectura y goce final? Seguramente que sí al reunirse los factores antes citados; Madrid y los toros.

González Jurado, como madrileño fetén, todo un “gato” en el más bello sentido de la palabra por aquello de ser hijo de Madrid desde sus ancestros, ha sabido narrar como pocos lo que ha representado la Puerta del Sol y la calle Alcalá de Madrid al paso de los años.

Desgrana el autor el Madrid del siglo XIX hasta la misma actualidad en que vivimos. Así, con inteligencia, con cultura, con paciencia franciscana, con visitas a archivos, hemerotecas, bibliotecas y todas las fuentes de la cultura de Madrid, ha logrado Ángel González esta magna obra que sacia la curiosidad de cualquier madrileño y, sin duda, la de muchos “extranjeros” como es mi caso.


Portada del libro de González Jurado

El antes y el después de los lugares citados nos los muestra este autor madrileño con todo lujo de detalles; desde la hospedería donde se alojaba Vicente Pastor hasta los lugares más emblemáticos que nos he llevado a la dura realidad en que vivimos. Es cierto que, al paso de los años, Madrid ha enterrado lugares hermosos, bellísimos, inigualables donde se reunía la flor y nata del artisteo de la época; ciertamente, de muchas épocas.

No sé si para bien o para mal, pero todo ha cambiado en Madrid. En las letras de González Jurado se aprecia la nostalgia de tantísimos lugares que han sido y que ahora se transformaron o desaparecieron; y se nota esa pena al autor porque, lógicamente, aunque no hayan pasados muchos años desde que él vino al mundo en Madrid, para su fortuna o pena, muchísimos de los  lugares que él mismo conoció, en la actualidad, apenas son un bello recuerdo.

Al margen de las bellísimas letras con las que toca nuestro corazón el autor, el libro está adornado con infinidad de fotografías de la época, justamente, las que se comparan con lo que hoy son en la actualidad y lo que eran los establecimientos de antaño.


Contra portada de POR LA CALLE DE ALCALÁ

Todo un cambio generacional; los tiempos han cambiado a velocidad de vértigo y, menos mal que a un “tiro de piedra” de los lugares que González Jurado nos cita, para dicha de los madrileños y todos los que amamos a la capital de España, todavía podemos ver el Café Gijón, un lujo que ha sabido vivir al paso de los tiempos; algo así como Lhardy, el famoso restaurante que se creó en 1834 pero que, repito, son excepciones.

El éxito de un libro –y González Jurado lo sabe- no es que se vendan millones de ejemplares porque eso lo puede hacer cualquiera; cualquiera que tenga medios a su alcance. Eso sí, la grandeza de un libro no es otra que, tras haberlo leído, te entran unas ganas locas de volverlo devorar por aquello de que tienes la sensación de que algo se te ha escapado, como ha sido mi caso.

Conocer tantísimos lugares emblemáticos de Madrid es algo que emociona a cualquiera, así como tener la sensación de que has conocido la vida y milagros de cientos de toreros que en su día fueron partícipes directos de aquel Madrid que todos añoramos, todo ello es un lujo inmenso para el lector.

Me queda darle las gracias a Ángel González jurado por haber escrito el libro más “humano” que se ha narrado sobre Madrid; un libro lleno de historias, de añoranzas, de datos al más alto nivel que, por su buen hacer y mejor decir no queda otra que darle la enhorabuena a su autor.

Sencillamente, Ángel, que Dios te siga bendiciendo y, lo que es mejor, que te siga iluminando para que un día, sin tardar mucho, escribas de otras calles de Madrid que, sin duda, tan felices nos harás, sencillamente, porque estarás hablando de tu “pueblo” y el que habla de su pueblo y menta a sus gentes, por tanto, a todo lo que ama.

 
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  Autor: maria Luisa Gomez Sanchez 16/06/2018
  Sí yo lo he leído y sé que se está vendiendo mucho. Comparto al 100 por cien su opinión. Merece la pena leerlo